jueves, 30 de junio de 2011

Cuento árabe

ERASE UNA VEZ…..

Érase una vez, un rey que no sabia escuchar. Cuando sus súbditos  acudían a el, les interrumpía después de la primera frase gritando:” ¡Basta! Te creo! Guardia, dale a este hombre mil liras de oro.” O: “Basta, no te creo. Guardia,  dale ochenta latigazos y échale fuera!” Actuaba según su capricho. No quería  escuchar y porque no escuchaba era injusto también en  su compasión. Un día vino a verle el bufón .El rey se sentía contento y pidió al bufón  que le contase una historia.
El  bufón se sentó  delante de los pies  del rey y le dijo:”Me contaron, oh poderoso rey, que en el país de los demonios, Dios  nos libre de  su ira, vivía en  tiempos remotos, mucho antes de que el  hombre pisase la tierra, un demonio que vagaba  con su mujer por las cuevas y los barrancos profundos. Aquel demonio era famoso entre los de su especie porque no sabía escuchar. La que más sufría con ello era su mujer, pues él  no sólo no la escuchaba, sino que tachaba de tonterías todo lo que ella contaba. Siempre le llevaba la contraria y no escuchaba lo que decía el corazón.


Un día ella le recriminó su manera de ser e insistió en hacer  valer sus derechos hasta que él se enfado y le pegó. Pero lo  más terrible fue que luego trató de explicarle, con voz suave y bonachona, que los golpes eran buenos para ella. Sus palabras eran melifluas, pero  a la mujer le dolían los miembros .Entonces ella le maldijo:”Ojala te salgan dos bocas y  una oreja ¡”El dios de los demonios pasaba en ese momento cerca del barranco donde estaba la demonia maldiciendo con toda su alma a su marido .El dios oyó las maldiciones y sintió compasión por la mujer. Y como había  oído  a menudo cosas malas de aquel demonio, cumplió el deseo de la mujer .El demonio se durmió y cuando se despertó vio que tenia dos bocas, una por encima de la otra, y una  diminuta  oreja en la frente del tamaño de un garbanzo. Sus dos orejas  estaban encima de la almohada , lacias como dos hojas  en otoño.
El demonio se alegro mucho al principio y dio gracias  de rodillas a su dios por aquella bendición .Ahora podia hablar mas deprisa  y mas alto A partir de ese día hablo ininterrumpidamente .Incluso cuando comía o bebía  seguía hablando con la otra boca.

Los demás demonios no comprendían  el castigo de su dios, pues ahora aquel demonio podia interrumpirles  más a menudo  todavía y contestar con la otra boca. La mujer, que no había podido soportar a su  marido cuando tenía una sola boca, estaba desesperada porque por la noche roncaba por dos.

El demonio solo escuchaba  ya sus dos voces y un día sus palabras crecieron  hasta formar un muro invisible  que le separaba de sus amigos y de sus enemigos. Todos   los demonios le evitaban como si fuese  la peste .Nadie prestaba ya atencional sus palabras. Ni siquiera su mujer quería oírlas. Las palabras son flores mágicas y delicadas que sólo encuentran  un suelo propicio en el oído de otra persona. Pero sus  palabras  ya no encontraban oídos  y se  marchitaban  en cuanto abandonaban  sus labios...
Pronto el demonio  se sintió desdichado con sus palabras muertas. En su soledad  se dio por fin cuenta de su estupidez, y decidió hacer penitencia, callando con ambas bocas y escuchó con la diminuta oreja como no había  sido capaz de hacerlo antes con ambos oídos .Por dentro rogaba al dios de los demonios  que le regalase una segunda oreja para escuchar todavía mejor. Durante  años estuvo sin hablar. Su mujer sintió lastima de él. También los vecinos  que habitaban  las cuevas, los volcanes y los manantiales  de los  alrededores  olvidaron lo enfadados que estaban  y suplicaron a su creador que perdonase al infeliz.
Pero el dios de los demonios siguió enojado varios años más y no permitió que entrase  en el palacio ningún intercesor. Solo cuando  llego el año mil y uno concedió  una audiencia al desdichado demonio.

-“¿Te arrepientes de tus faltas?”, pregunto furioso.
El demonio asintió con la cabeza.

-¿Y estas dispuesto a hacer  cualquier cosa  para  recibir otra vez  dos orejas y una boca?”

El demonio estaba dispuesto  a hacer cualquier sacrificio.

“Entonces recibirás a partir de hoy una segunda oreja  en lugar de la segunda boca. A cambio tendrás que repetir  cada voz y cada frase, ya sean de demonio, animales o personas. Ay de ti  si te pasa  inadvertido  el canto de un solo grillo hasta el fin de su tiempo”

“Tu  deseo es una orden para mí, dueño de  mi  alma .Lo cumpliré  hasta el fin del tiempo .Bendíceme por favor, con al segunda oreja. El sol y la luna son mis testigos”.

Desde entonces aquel demonio repite cada voz y cada frase de los hombres, de los hombres, demonios y animales  en los barrancos .Ni siquiera se le pasa  inadvertido  el ruido de una piedrecita que cae rodando.


El bufón se interrumpió ensimismado.
-“¿Y  como se llama ese demonio?”- quiso saber  el rey.

-“¡ECO!”-contesto el bufón.





“Narradores de  la noche.”
Rafik Schami


1 comentario:

  1. Es un cuento precioso, con mucha moraleja, ya que hay mucha gente que va a lo suyo y no piensa en los demás, adora cada vez que siena el ECO, me acordare de este cuento ;)

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