ERASE UNA VEZ…..
Érase una vez, un rey que no sabia escuchar. Cuando sus súbditos acudían a el, les interrumpía después de la primera frase gritando:” ¡Basta! Te creo! Guardia, dale a este hombre mil liras de oro.” O: “Basta, no te creo. Guardia, dale ochenta latigazos y échale fuera!” Actuaba según su capricho. No quería escuchar y porque no escuchaba era injusto también en su compasión. Un día vino a verle el bufón .El rey se sentía contento y pidió al bufón que le contase una historia.
El bufón se sentó delante de los pies del rey y le dijo:”Me contaron, oh poderoso rey, que en el país de los demonios, Dios nos libre de su ira, vivía en tiempos remotos, mucho antes de que el hombre pisase la tierra, un demonio que vagaba con su mujer por las cuevas y los barrancos profundos. Aquel demonio era famoso entre los de su especie porque no sabía escuchar. La que más sufría con ello era su mujer, pues él no sólo no la escuchaba, sino que tachaba de tonterías todo lo que ella contaba. Siempre le llevaba la contraria y no escuchaba lo que decía el corazón.
Un día ella le recriminó su manera de ser e insistió en hacer valer sus derechos hasta que él se enfado y le pegó. Pero lo más terrible fue que luego trató de explicarle, con voz suave y bonachona, que los golpes eran buenos para ella. Sus palabras eran melifluas, pero a la mujer le dolían los miembros .Entonces ella le maldijo:”Ojala te salgan dos bocas y una oreja ¡”El dios de los demonios pasaba en ese momento cerca del barranco donde estaba la demonia maldiciendo con toda su alma a su marido .El dios oyó las maldiciones y sintió compasión por la mujer. Y como había oído a menudo cosas malas de aquel demonio, cumplió el deseo de la mujer .El demonio se durmió y cuando se despertó vio que tenia dos bocas, una por encima de la otra, y una diminuta oreja en la frente del tamaño de un garbanzo. Sus dos orejas estaban encima de la almohada , lacias como dos hojas en otoño.
El demonio se alegro mucho al principio y dio gracias de rodillas a su dios por aquella bendición .Ahora podia hablar mas deprisa y mas alto A partir de ese día hablo ininterrumpidamente .Incluso cuando comía o bebía seguía hablando con la otra boca.
Los demás demonios no comprendían el castigo de su dios, pues ahora aquel demonio podia interrumpirles más a menudo todavía y contestar con la otra boca. La mujer, que no había podido soportar a su marido cuando tenía una sola boca, estaba desesperada porque por la noche roncaba por dos.
El demonio solo escuchaba ya sus dos voces y un día sus palabras crecieron hasta formar un muro invisible que le separaba de sus amigos y de sus enemigos. Todos los demonios le evitaban como si fuese la peste .Nadie prestaba ya atencional sus palabras. Ni siquiera su mujer quería oírlas. Las palabras son flores mágicas y delicadas que sólo encuentran un suelo propicio en el oído de otra persona. Pero sus palabras ya no encontraban oídos y se marchitaban en cuanto abandonaban sus labios...
Pronto el demonio se sintió desdichado con sus palabras muertas. En su soledad se dio por fin cuenta de su estupidez, y decidió hacer penitencia, callando con ambas bocas y escuchó con la diminuta oreja como no había sido capaz de hacerlo antes con ambos oídos .Por dentro rogaba al dios de los demonios que le regalase una segunda oreja para escuchar todavía mejor. Durante años estuvo sin hablar. Su mujer sintió lastima de él. También los vecinos que habitaban las cuevas, los volcanes y los manantiales de los alrededores olvidaron lo enfadados que estaban y suplicaron a su creador que perdonase al infeliz.
Pero el dios de los demonios siguió enojado varios años más y no permitió que entrase en el palacio ningún intercesor. Solo cuando llego el año mil y uno concedió una audiencia al desdichado demonio.
-“¿Te arrepientes de tus faltas?”, pregunto furioso.
El demonio asintió con la cabeza.
-¿Y estas dispuesto a hacer cualquier cosa para recibir otra vez dos orejas y una boca?”
El demonio estaba dispuesto a hacer cualquier sacrificio.
“Entonces recibirás a partir de hoy una segunda oreja en lugar de la segunda boca. A cambio tendrás que repetir cada voz y cada frase, ya sean de demonio, animales o personas. Ay de ti si te pasa inadvertido el canto de un solo grillo hasta el fin de su tiempo”
“Tu deseo es una orden para mí, dueño de mi alma .Lo cumpliré hasta el fin del tiempo .Bendíceme por favor, con al segunda oreja. El sol y la luna son mis testigos”.
Desde entonces aquel demonio repite cada voz y cada frase de los hombres, de los hombres, demonios y animales en los barrancos .Ni siquiera se le pasa inadvertido el ruido de una piedrecita que cae rodando.
El bufón se interrumpió ensimismado.
-“¿Y como se llama ese demonio?”- quiso saber el rey.
-“¡ECO!”-contesto el bufón.
“Narradores de la noche.”
Rafik Schami
Es un cuento precioso, con mucha moraleja, ya que hay mucha gente que va a lo suyo y no piensa en los demás, adora cada vez que siena el ECO, me acordare de este cuento ;)
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